Laguna - Capítulo 3

Alfrado Prandi




CAMPAMENTO
(Entrada y proveeduría)

La bicicleta vuela a toda velocidad bajo la línea de árboles que lleva al camping Laguna Verde. La mente de Gastón no percibía los peligros del camino, estaba en otro lado; la última vez que había visto a Laura.

Su risa, su vestido violeta perdiéndose entre los bosques que ladeaban la laguna. Sus botas marrón claro trotando sobre las hojas muertas de un otoño lejano y terrible. Las manos sucias de los hombres que se habían llevado a su hermana. Sus rostros tapados por los últimos rayos del sol. La mano de Laura tratando de alcanzar la suya. La oscuridad.

darkness

En poco tiempo estaba en las puertas del campamento. Laguna Verde era el último que había sobrevivido a la clausura por la baja pesca a causa de la contaminación del agua, sustentado por los pobres aportes de los jóvenes pescadores del pueblo.

Gastón saltó de la bicicleta al pasto casi sin frenar y se hundió en la primera garita. No había nadie junto a la barrera, así que la cruzó y corrió sin aliento hasta el comedor, unos 30 metros más adelante.

Unas seis o siete personas se acumulaban alrededor de una cama improvisada sobre una mesa de madera. Alejandro fue el primero en verlo, y se acercó veloz a Gastón.

The Deep Dark

—Se desmayó, sigue dormida, pero está bien —amortiguó, pero Gastón lo atravesó como si fuera de papel.

Se abrió paso entre la pequeña multitud, sin percatarse de que todos ellos llevaban barbijos y guantes de cocina.

Laura yacía pálida como la nieve, cubierta por un mantel. Gastón le tomó la cara con brusquedad, quizás para corroborar que era de carne y hueso, y luego la abrazó.

—Cuidado —advirtió el cocinero—. Está delicada, creemos que tiene algo.

Gastón cerró los ojos y deseó que todos desaparecieran. Hacía más de 15 años que no veía a su hermana, pero eso sólo lo sabía Alejandro.

Patas locas

—La encontramos tirada cerca del muelle, toda lastimada…

Gastón apuntaló la mirada hacia su amigo.

—¿Qué le pasó? —ladró— ¿Qué le hicieron?

Alejandro suspiró y miró al resto. El cocinero y los demás empleados comenzaron a retirarse, dejando miradas de desconfianza hacia Gastón.

—¿Qué le pasó? —repitió Gastón. Alejandro bajó la voz y se acercó a su amigo.
—Creemos que fueron unos pescadores de las parcelas más alejadas…

railay beach

Los ojos de Gastón se tornaron febriles.

—La golpearon y… —Alejandro no pudo sostener la mirada— la violaron.

Gastón giró la cabeza hacia su hermana, observó su cuerpo golpeado mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Se alejó de pronto, como si temiera romper la delicadeza de su figura y volvió a mirar a Alejandro con repentina ira.

—¿Quién…? —empezó a decir, pero su amigo lo interrumpió y le agarró la cara con fuerza.
—Necesito que te tranquilices y me escuches con mucha atención.

Gastón temblaba de bronca, pero no dijo palabra. Alejandro lo miraba buscando cordura.

—Laura no fue lo único que encontramos cerca del muelle esta mañana cuando llegamos.

Mysteries

* Alfredo Prandi es guionista, director de cine y content creator. Blog alternativo del autor: Alfredium.

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