Ladrón de arena

Facundo Martín Desimone



Las grutas
se abren como murcié
        lagos de dudosa materia.
O las piernas de señoritas efervescentes,
deliciosas,
     borrachas de tanta primavera
y tanta vida,
        al volar intermitentes,
en sus madrigueras reversibles-realmadrileñas.

Suspirará un tiempo dominguero,
hastiado
de tantos tangos
y tanta revuelta inexplicable;
moverá sus barçaengranajes
contrarreloj de plata.

¿Quién ganará la gran contienda?
Nadie Savensky,
un androide malhumorado y ruso               
(que vendría a ser casi lo mismo).           
 
Androides
                                                                 
Aunque, por otro lado,                           
tardamos más en llegar;                   
pero(n):                                     
se respira mejor,                   
hay más vegetación           
y se puede levitar levemente en el aire
(“los que tengamos plafond, claro”).

De todas maneras,
a la playa llegamos todos.
De todas maneras:
por aire, por tierra
por mar,
a caballo,
por A, por B
o combinación de las líneas de subterráneos H y F.

Y hasta no faltan quienes viajan
montados en conjuntos de pequeñas partículas
que han aprendido a emular
E = m.c (“Al cuadrado, baby”).

Relativity

Las chicas, todas coquetas,
toman largos y tendidos baños de sol.
Los chicos, incoherentes de mierda,
¡¡toman baños de agua!! ¡¡¡En el mar!!!
(habrase visto tamaña locura),
extraviando para siempre
pantaloncillos,
extrañas morales y dignidades,
un sinnúmero de jabones,
vergüenzas,
                     amígdalas,
un sángüich de milanesa
(el gordo Toribio, un amigo de la casa),
no pocos champús,
      que algún gracioso trajo
en varias botellitas de champagne,
y algunas canciones y melodías inconclusas.
Los chicos cantan hoy en inglés
y esta lluvia es como un gran dolor”.

Los hermafroditas
(o sea: los hermanos de la diosa Afrodita;
hay varios en estas playas)
forman la banda de rock-sinfónico:
“¿Y a vos qué carajo te importa?”,
y no paran de ofrecer recitales
(hacen covers de Yes, La máquina de hacer pájaros, Emerson, Lake & Palmer,
Peter Hammill
y demás,
pero también tienen sus propios temas
de 30 o 40 minutos,
y uno que se llama “El paraíso está hecho mierda”,
de 2 horas y media
de existencia).

Experimental Whitby

Cuando los chicos salen del agua
y las chicas terminan también con sus baños,
se cruzan, se entremezclan, se entraman, se fusionan…
y nace la magia.

Están meta y meta charlar,
el mate, los licuados, las facturas, la cervecita, los tragos.
Nacen el baile,
los juegos de playa con paleta,
el volleyball de playa,
etcétera.

Como en toda playa, no faltan los “niños-vieja”,
que asesinan brutalmente al atardecer
jugando al tejo.

Ni los boludos asexuados,
que arman imaginarias canchas de fútbol 5 y de “papi”.
Y, orangutanes retrógrados como ellos solos,
no dejan jugar a ninguna mujer.

Orangutan

¡Ni! (pero este “ni” es ya una sorpresa,
mágicamente inesperado)
los psicológicamente incomprendidos,
los oscuros,
los poco-socialeros,
los lonely wolfswang Amadeus
y los demócratas-liberales del partido neo-conservador progresista,
que juegan solos
con arena, agua,
un baldecito
y una palita.

Como Tulio, por ejemplo,
que se pasa la vida
meta y meta mar, y revolcarse en la arena;
Tulio, la milanga-humana”.
Y como su novia, Mecha:
metafísica,
meta-vivir
y Meta guacha.

Cuando volvemos a la casa,
aforísticamente habitada,
eufemísticamente rentada
(metafísicamente pagada),
Javier, el hermano menor de Tulio,
vuelve con kilos y kilos de arena-soft.
Che, Javier,
¿pa´que queré tanta arena vo, a ver?”.

Castle made of sand

Me voy a construir un castillo; como la canción
(signos de interrogación en las caras de todos;
Javier se aclara la garganta
y se dispone a cantar)—:
“¡Cas-tiii-llo, de-a-reeee-na!”
—Es ZAR… cillo, ¡bestia!

—Ahora, por eso,
lo voy a construir 17 veces más grande;
va a tener piletas, Playstations 4,
drogas, licores, odaliscas…
los asados van a brotar de las paredes.
Todas las noches va a venir una banda de rock diferente a dar recitales.
Y los voy a invitar a todos
menos a vos, Carlitos.

Three Fuchsias

—Pará, Javi… ¡Javito!
Nos estamos yendo a la mierda;
no nos llovamos (precipitemos),
por ahí escuché mal…

—¡¡¡NADA!!! —grita
el pequeño ladrón de arena
Hay cosas en la vida
que no se pueden reparar.

En eso estábamos,
cuando llegaron las chicas
(que nos llevan como 10 años,
promediando pa´ arriba)
y no nos quedó otra
que salir “todos a bailar
(todos a bailar,
todos a bailar)”.



Poema originalmente publicado en la revista literaria mexicana TintaSangre, el 24 de enero de 2020.

* Facundo Martín Desimone es escritor, periodista, músico (León-O), guionista (Edén Comics) y actor (Convalece).

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