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Alfredo Prandi El sueño del pibe by León-O Mi abuela Norma siempre se caracterizó por su energía desmedida. Pasaba la mayor parte del día realizando tareas del hogar y rara vez se la encontraba descansando, leyendo o simplemente tomando mate en la cocina. Al morir mi abuelo –a causa de un raro tipo de Parkinson, que primero lo inmovilizó, después lo dejó mudo y luego lo mató-, sus fuerzas se fueron apagando lentamente. Algunos años más tarde, un accidente la obligaría a operarse de la cadera y , desde ese momento, pasaría el resto de su vida en silla de ruedas. Años después de quedarse viuda, durante una charla telefónica que tuvo con mi madre, Norma confesó sentirse sola sin su querido Juan Carlos, y que sus ganas de vivir eran pocas. Pasarían veinte años hasta que la muerte llegase para rescatarla de la soledad, y no sería internada en un geriátrico ni en la fría sala de un hospital, si no en la cocina de la casa en la que vivió la mayor parte de su vida, rodeada de sus seres...