Laguna - Capítulo 5

Alfredo Prandi

CAMPAMENTO
(Proveeduría)



Dora deposita suavemente un termómetro y un poco de algodón junto a los desinfectantes y levanta la bandeja. Camina por el pasillo que conecta la despensa con la cocina y cruza la doble puerta hasta el comedor de la proveeduría.

Apoya un segundo la bandeja sobre la barra y se estira con dificultad, intentando alcanzar las pocas “curitas” que había esparcidas junto a la caja registradora. Logra juntarlas con la punta de los dedos y las deja caer sobre el botiquín improvisado, toma la bandeja con delicadeza y gira hacia el comedor. De pronto grita, dejando caer la bandeja al suelo.

Laura está parada frente a ella con un gran cuchillo de cocina, mirándola con miedo. Mira los utensilios revueltos por el suelo y vuelve a escrutar a Dora, esta vez con desconfianza. Observa veloz a los costados, buscando una salida, mientras Dora saca impulsivamente un barbijo de su delantal de cocina y se lo lleva a la boca.

Laura achica los ojos con extrañeza al ver la acción de la desconocida.

—Perdón… no sabía que te habías despertado ¿Laura, no?

The Anturs of Arther: Part 5

Laura vuelve a mirar a los costados sin bajar el cuchillo. Lleva el brazo izquierdo cruzado sobre el estómago. Siente frío.

—Te encontramos desmayada en el muelle —intenta Dora con suavidad —Sabemos que fuiste atacada por unos pescadores y te trajimos a la entrada para curarte las heridas y tomarte la fie…
—Necesito hablar con Carón —interrumpe Laura—. Ahora.
—El teléfono de la primera garita no funciona, puedo acompañarte hasta la oficina de seguridad —Responde Dora tras el barbijo.

Laura la escanea una última vez y sale disparada hacia la puerta que da al camino. Dora avanza unos pasos con la mano libre hacia delante.

—¡Gastón! Tu hermano Gastón vino a buscarte.

Laura se frena en seco, gira sobre sus pies descalzos y se precipita sobre Dora con el cuchillo en alto. La empuja sobre la barra y le hunde los ojos como dos lanzas de fuego. Recorre el rostro asustado de Dora buscando veracidad a sus palabras.

Flames

—¿Por qué te tapás la boca? ¿Qué me hicieron?
—Nada… nosotros no te hicimos nada, te lo juro…—Dora estaba llorando de miedo. Laura seguía disconforme con los balbuceos de Dora, había recuperado confianza sobre la situación y no tenía demasiado tiempo.
—¡¿Por qué te pusiste un barbijo, Dora?! ¡¿Qué me hicieron?!
—¡No sé! ¡Te juro que no sé nada! —Dora cerró los ojos, disuelta en lágrimas. 

Laura la soltó con bronca y dejó que la pobre se deslizara por la barra hasta el suelo. Alargó el cuello para observar por el pasillo. Estaba sola. Como un látigo, miró la puerta de entrada y volvió hacia el pasillo.

Tenía que tomar una decisión.

Mientras Dora contenía el terror, Laura pasó frente a ella, bordeó la barra y se perdió en el pasillo que lleva a la despensa.



* Alfredo Prandi es guionista, director de cine y content creator. Blog alternativo del autor: Alfredium.

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