Cómo acercarse a los dioses
Facundo Martín Desimone
Dibujar con arco y flechas. Despojar la acartonada carátula de barro y obsidiana, descuartizar un óvalo. Forzar otra hilera de dientes, mejorar la puntería, correr el blanco. Fijar la oscuridad.
Despegarse las sombras, estaquearlas en ventanas de almizcle.
Mezclarse con el rebaño, sembrar la cizaña, aguijonear con espuelas de manos, meter púa, arrojar más leña al fuego.

Disfrazarse de castor, atravesar las pirámides de cactus y aserrín. Internarse en el Nilo para buscar tesoros heráldicos.
Coserse los diamantes a la piel, transformar la sangre en pequeñas gemas.
Llorar fuego de cadmio, aspirar la fragancia de flores fantasmas, destilar pequeñas formas cromadas en do menor.

Comprender la esencia y el drama terrible de los alcauciles. Borrar epitafios con la manga; crear tinta ancestral y derramarla, impulsar su flujo por los 7 lagos.
Volverse sabio y hermano de la destrucción. Entenderla como nunca nadie la entendió.
Calzarse el guante de esperanto y golpear las bocas de tormenta, hasta que sangren vida y mugre.

Despertar dentro de un rayo misterioso, absorberlo, ser el rayo.
Solo así se podrá ascender en el ascensor estilizado que remolca los corazones de toda luz y fabrica su piel como una membrana cromática dimensional.
Y, una vez arriba, ahí sí: dar el sablazo.
* Facundo Martín Desimone es escritor, periodista, músico (León-O), guionista (Edén Comics) y actor (Convalece).
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