La redención va por dentro

Facundo M. Desimone

Aclimato tu arrebato con humor existencial. Fiebre de gacela que domina la parcela. Alguacil adiamantado que se pierde en las nebulosas del agua oxigenada y la pasta de almendras. Cacofonías, verbigracias, patatín, patatán, cerrame la 15, tachame la doble, cargale la cuenta a los de arriba.

Los platos rotos los paga Magoya, y las aceitunas, tu mamá. Los patos emponderados brillan por su ausencia. El sol, ese buen amigo de todos, destierra las tinieblas orquestadas por la derecha. Algunos vidrios irán quedando, algunos diástoles irán tirando.



Y en el corazón de la noche sin estrellas, más vale que recordemos el mandato de las entrañas.

Se extienden las velas por desfalco en la ciudad. El cielo nos escupe con soberbia sus granadas de aguamarina. Cariátides maoríes roban los picos de los flamencos, alfajores prendidos fuego bajo el álamo de la venganza.



La redención nos hará libres, sí señor, pero antes nos quemará por dentro. Nuestros huesos se disolverán en el mar del dolor eterno. Las venas arderán hasta estallar. La sangre hervirá y arrastrará en su vapor a los cartílagos. Los órganos tocarán su último réquiem y la carne se desintegrará en millones de moléculas distintas.

¿Y todo para qué? ¿A qué diablos llamamos “redención”, en todo caso? ¿Y ante quién y por qué motivos deberíamos redimirnos?



¿Por unas fallas morales ante la justicia divina? No, señor: por fallas existenciales destructivas contra el planeta y contra la naturaleza, y ante la Pachamama. Y la pacha, cuando se calienta, no perdona.

“Redención”, entonces, entendida como pago, como retribución por los males causados a la Tierra, una forma de equilibrar la balanza cósmica.

Como sea, la redención va por dentro.



* Facundo Martín Desimone es escritor, periodista, músico (León-O), guionista (Edén Comics) y actor (Convalece).