Escorpión dorado de la China
Facundo Martín Desimone El sueño del pibe by León-O Nos conocíamos hace años, pero cuando el tiempo se volvió materia , recién ahí nos vimos las caras por primera vez. Los escorpiones se mueven , pero vos no. Tu quietud me llena las venas de un terror helado. Una estática que hipnotiza y hace perder los estribos; una de las tantas torturas de tu tierra, seguro, indómita y salvaje en el arte de la tortura. Tus pinzas, agujas de oro envenenadas , capaces de tejer la desgracia en la vida de un dios, están cerradas. Vaya seguridad; son casi imperceptibles, nanolitros, pero están ahí. La textura rasposa del líquido cuando se seca. Oro rojo. Debo decirte, aunque no me enorgullece, que puedo ver tus órganos, por una suerte de juego de espejos , y porque ciertas partes de tu espalda y de tu abdomen se transparentan como un atardecer en la superficie del Nilo. Son rojos, como los ojos de… Tus ojos son un misterio . Tranquilamente podrían no existir. Diminutos, rasgados… expresan la