Entradas

Distintos tipos de cadenas

Imagen
Facundo Martín Desimone (título alternativo: “ la sombra fantasma de un antiguo canario amarillo con el mismo nombre que mi amigo Nico ”) El sueño del pibe by León-O Y es bien cierto, quieran o no los señores aburridos por tanto traje y tanta corbata ; habría que ir empezando, para variar, a contar las historias por el final. O, al menos, desde el otro lado (y aquí, que cada uno entienda lo que más le guste por esto de otro lado ).   Empezar a desembrollar este brusquísimo ovillo de lana más bien roja, o big-bang en miniatura (o en ampliación; claro, depende de en que lado del universo se esté parado), en todo caso, esta caminata cósmica y un poco cómica (en algunas partes, al menos. O quizás no, no se; no puedo acordarme, porque todavía no la escribí. Pero parece que en alguna realidad paralela, bastante difícil de definir pero que suele cruzárseme muy a menudo, atravesándome… bueno, no se la ubicación exacta, pero será, más o menos, un cuarto más abajo del centro exacto

La estatuilla danzante

Imagen
Facundo Martín Desimone En aquellos tiempos, existió una estatuilla danzante. La estatuilla no se podía regalar u abandonar así como así; cada vez que notaba alguna gota de desinterés, amenazaba con hacerse un daño terrible (como desfigurarse la cara o abandonar la danza) y uno se sentía imposible de hacerle un mal semejante . Al principio era lindo verla bailar sobre lo más alto de una planta , en uno de esos macetones grandes que ella confundía con la selva. Pero, a medida que los días se sucedían, ya no se conformaba con unos pocos minutos; había que inundarla de atención , interrumpiendo cualquier otra tarea. Incluso si, agotados por las tediosas horas de absorta contemplación , in-intencionadamente nos dormíamos, ella nos pellizcaba los párpados con sus diminutas uñas, a veces hasta un punto tal que, al despertar, pequeños hilillos de sangre se colaban en nuestro campo visual. Uno debía abandonar toda su vida como la conocía para dedicarse enteramente a la con

Nyton y el ritual de nacimiento

Imagen
Alfredo Prandi Nyton abrió los ojos una hora antes del amanecer y ya no pudo volver a dormir. Su mente repasaba una y otra vez las palabras, los movimientos, los gestos. Incluso llegó a chasquear los dedos marcando los segundos de silencio que debía dejar fluir entre plegarias. Cuando los rayos del sol entraron por fin a la habitación, Nyton pasaba la mano por la seda de sus ropajes frente a su reflejo, revisando que no quedaran arrugas y mucho menos, pelos o plumas. Ninguna mancha, ninguna imperfección. La barba recortando con delicadeza su rostro pálido, agudo. Un zafiro adherido con baba espesa en el centro de su frente, sobre su mirada firme y profunda.  La mirada de un guardián. Satisfecho, se alejó del cristal espejado y bebió tres sorbos de agua dulce de su vasija, no más. No sería decoroso llevar adelante el ritual con la vejiga llena y provocar la ira de los sabios sacerdotes aqua , a quienes hoy más que ningún otro día debía de agradarles. Se acercó a la puerta y

Paseo Nocturno (cuento)

Imagen
Facundo Martín Desimone El sueño del pibe by León-O Mi paso es lento e inércico. Ensangrentado por las tenues luces que nos provee el Gobierno. Los jóvenes me divisan y doblan la esquina, apurando el paso, agregando un nuevo repiqueteo que se acopla unos instantes a la pálida y fugaz armonía de la noche. Aunque, en realidad, debería haber sido yo el que tendría que haber estado asustado de ellos. Claro que, un hombre caminando solo en la inevitable quietud de la noche, en una ciudad muerta, no debe resultar tranquilizador. Más bien todo lo contrario . Es martes y es de noche. Son vacaciones. Pero otros años han sido vacaciones también y es la primera vez que experimento semejante vacío en una ciudad en donde las noches son “el demoníaco ritual de la líbido”. Camino. Sin apurar el paso, porque cuando uno no tiene muy en claro algún punto de llegada , tampoco tiene ningún apuro en llegar. Si es una broma, ya llegó al colmo de la morbosidad; solo se escucha el ruido del