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Bajo los abismos de la locura, una receta para llegar al núcleo de la Tierra (o al centro del alma)

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Facundo Martín Desimone ¿Qué hay abajo de todo ? ¿Te lo preguntaste alguna vez? Abajo de capas y capas de maquillaje, detrás de la última puerta (tanta gente con la barba de color azul habita el planeta), abajo de la última máscara. Y cómo se llega a ese lugar , o lo que sea. Hay quienes dicen que la receta más certera para llegar al centro de la Tierra , al núcleo del alma humana y de todo lo que exist e, es precisamente la locura. No la filosofía, no los adelantos tecnológicos , no la meditación trascendental, no las drogas psicoactivas: simplemente, ese estado anímico/mental que surge por azar en individuos rándom de la especie, que sigue siendo aún inexplicable , amén del deslomante esfuerzo de las ciencias, que tiene un perfume como de azahares putrefactos del apocalipsis y que se dio en llamar, a falta de mejor nombre, demencia. Eso es exactamente lo que propone el libro de cuentos Bajo los abismos de la locura , del escritor y periodista Alejandro Lamela , en

El Sacrificio de N° 175491

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Facundo Martín Desimone Transylvania by El oso del sueño En un momento determinado del mes, imposible de calcular u anticipar por nuestros cerebros animales, la gran computadora Biolog-IK s e enciende por su cuenta y emite un resplandor verdoso, como algunos huesos de animales , en las noches de luna llena .  La máquina que Él tan generosamente nos obsequió, réplica a menor escala de su Organ-IK, debe actualizar su software una vez por mes . Para ello, se conecta de forma inalámbrica con su madre, allí, en el ala mejor custodiada de su fortaleza . Organ-IK, además de actualizarle sus programas de procesamiento de datos , le comparte información actualizada sobre el ambiente, el clima, la fauna, la tierra y las estrellas (Organ-IK se encuentra en permanente proceso de actualización y socavación de datos, según nos explicó el único e inigualable ). Nuestra Biolog-IK , con un poder mucho menor de resolución, procesa y analiza los datos actualizados hasta que, fina

Pozo de estrellas azules (poema)

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Facundo Martín Desimone El sueño del pibe by León-O Caí en un pozo de estrellas azules en donde el barro se transforma en nieve y la argamasa crece en las paredes . Hay 4 soles , pero solo 2 funcionan bien. Uno parpadea intermitente . Al otro, se le quemó la lamparita . Un viejo de barba y túnica negra los alimenta con polen carbonizado , desde el año mil ochocientos cuarenta y tantos . Comen como guanacos , los soles, y hay un aire como de astillas de cobre . Javier y Pedra se esconden en el umbral , temerosos de las criaturas que allí habitan . Yo me sumerjo todo lo que puedo, atravesando la densidad de la materia sólida y blanda, parecida al agua, pero más fría y destemplada ( El agua de los dioses , tal vez). Las conozco desde hace años : son tan inofensivas como granitos de arena negra mal hilvanados. El pozo se cierra detrás de mí (ellos quedan afuera, eternamente del otro lado ).                                             nav

Laguna - Capítulo 4

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Alfredo Prandi     CAMPAMENTO (Parcelas del fondo) Brazos torcidos, camperas llenas de barro, pies sobresaliendo sin vida desde lo profundo de una montaña de cadáveres tapada con telas de carpa. Alejandro no dejaba de mirar a los costados, como si del bosque o de la laguna pudiera surgir algún dedo acusador. Por arriba del barbijo, Gastón observaba atónito. Eran alrededor de 20 cuerpos amontonados, empapados en sangre, amontonados como si fueran arena o tierra para la construcción. Hubiera querido obviar con la mirada el detalle macabro de la mano de un pequeño con los dedos duros como piedras emergiendo del pilón cadavérico. —Llegué temprano con Ramón en el coche. Los encontramos a todos con la boca y la nariz llena de sangre, esparcidos por el camino, minutos después de encontrar a tu hermana  —d ijo Alejandro, por arriba de su barbijo. —¿Todo el campamento…? —Todo. Revisamos los números de las parcelas y los corroboramos en el cuaderno de entrada. Nadie sobrevi

Silencio (cover de Ana María Shuá)

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Facundo Martín Desimone El sueño del pibe by León-O —Chicas, dicen que es malísima “ Expreso al terror ”. — ¡Es Yael! Yo quería ver la otra. Los martes, aprovechando que mi mamá trabaja hasta tarde , nos juntamos con las chicas en casa a ver películas de terror . —Claro, échenme la culpa a mí; pero bien que dijiste ayer, cuando no estaba ella : “Ay, esa película ` Secreto de sangre ´que quiere ver Sol debe ser una porquería ”. Todos los martes la misma historia. —¡Callate, nena! ¡Cómo voy a hablar mal de Solcito a sus espaldas ! ¿Qué clase de amiga te pensás que soy? —¡ Amiga clase-turra ! ¡Eso sos! —¿Y vos qué, nenita descerebrada? Decir que estoy yo , que quiero ver la película antes de que llegue mi vieja y se nos arruine todo el clima . —Chicas, chicas; ¿por qué no llamamos al chico del videoclub y le preguntamos? —Y de paso pedile unos pochoclos. — De los dulces . Cuestión que al chico del video que siempre nos recomendaba películas lo habían hechado

Laguna - Capítulo 3

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Alfrado Prandi CAMPAMENTO (Entrada y proveeduría) La bicicleta vuela a toda velocidad bajo la línea de árboles que lleva al camping Laguna Verde. La mente de Gastón no percibía los peligros del camino, estaba en otro lado; la última vez que había visto a Laura. Su risa, su vestido violeta perdiéndose entre los bosques que ladeaban la laguna. Sus botas marrón claro trotando sobre las hojas muertas de un otoño lejano y terrible. Las manos sucias de los hombres que se habían llevado a su hermana. Sus rostros tapados por los últimos rayos del sol. La mano de Laura tratando de alcanzar la suya. La oscuridad. En poco tiempo estaba en las puertas del campamento. Laguna Verde era el último que había sobrevivido a la clausura por la baja pesca a causa de la contaminación del agua, sustentado por los pobres aportes de los jóvenes pescadores del pueblo. Gastón saltó de la bicicleta al pasto casi sin frenar y se hundió en la primera garita. No había nadie junto a la barrera,

Nueva (y breve) camada de Haíkus (el acento es a propósito, eh; no se vayan a creer soy tan ignorante, no se vayan a)

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Facundo Martín Desimone El sueño del pibe by León-O Como el dios sol, el año se quita la piel . Se respira anís . La vanguardia en tus ojos de lago-puro llega, al final . Suave licor mío , planetas de imanes dejan tu cuerpo . El año se va como un zorro rojo . Llueve tu alma. * Facundo Martín Desimone  es escritor,  periodista , músico ( León-O ), guionista ( Edén Comics ) y actor ( Convalece ).

Laguna - Capítulo 2

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Alfredo Prandi PUEBLO (Casa de Gastón y vereda frente a la rambla) Las arrugadas manos de la mujer hacen bailar las agujas de tejer escupiendo una bufanda azul oscura sobre el jardín de la entrada de la casa. Una melodía atonal pero suave emana de su garganta acompañada por el ritmo de la mecedora donde descansa. El tarareo de la vieja encuentra a Gastón despierto en la cama, como tantas otras madrugadas insomnes, con el brazo sobre la frente, mirando el techo. La cama está atiborrada de cartas abiertas y revueltas, mezcladas entre las sábanas. Sobre la mesa de luz, la foto de una familia compuesta por una madre gigante y dos niños, un varón y una nena, subraya la soledad de la melodía que entra por la ventana. El despertador junto a la foto destruye el ambiente de un mazazo. Y otro mazazo, ésta vez de Gastón, lo revolea al piso. Resacoso, sale de la casa y se abalanza sobre el patio. Se detiene de a poco, casi bailando, prende un cigarrillo y observa las copas de los

Portal

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Facundo Martín Desimone Transylvania by El oso del sueño — Encontré el portal —dijo Prandi. En la pantalla de la videollamada se lo veía eufórico, en un estado casi febril. —¿Qué? —tenía que ser joda. No podía estar refiriéndose al portal de nuestro cómic . Aunque la emoción que reflejaba su rostro parecía desmentir esto. — El portal dimensional . Existe. Es real —me dio tiempo para calibrar la noticia, sopesar todo lo que esto significaba, comprender. Sentí como la confusión trepaba d esde los pies hasta el cerebro , ocupando todo el cuerpo a su paso. Me faltó el equilibrio. Tuve que sentarme en la cama. —Pará… ¿qué? —Prandi río, del otro lado de la pantalla. Me llevé la mano a la frente; hervía a mil grados — Pero, ¿cómo? ¿¿DÓNDE?? —Lo encontré de casualidad, en Caballito, cerca de Neuquén ¿Viste que por el pasaje Vintter, en un momento, hay como unos arbustos ? Hace unas horas pasé por ahí y me pareció escuchar un  ruido como de una máquina que quedó prendida. Me ima

Laguna - Capítulo 1

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Alfredo Prandi Campamento (parcelas del fondo) Una caña de pescar inmóvil corta el paisaje de una fría mañana de otoño. De pronto se mueve, poco al principio, con pequeños golpecitos, y luego se arquea. Las manos atentas de un joven pescador toman la caña y dan un tirón certero, acompañado de largas y veloces vueltas al reel . A unos metros de la laguna, otro hombre se calienta las manos junto al fuego improvisado en gran barril de metal. A un costado del tacho, entre el barro y el humo, se pueden leer las siglas F.A.R. El hombre tose y refriega sus manos cerca del fuego. —¡Mario! ¡Traeme el mediomundo —oye gritar a su compañero— ¡Dale! En seguida, pero toscamente, Mario reacciona y junta el medio mundo y la larga cuerda como puede y corre hacia la orilla. —¡Dale que es una carpita grande, dale! —lo apura el pescador. Mario casi se hunde de lleno entre los juncos de la orilla para poder acercarse a la línea. Su compañero, con expresión contraída y seguridad en los o